
Un oasis de paz y tranquilidad... en la playa (no al borde, ni cerca, EN la playa) y sin vecinos, rodeados de un pequeño bosque de eucaliptos y palmeras.
La casa tiene además piscina y un porche con grandes sofás que invitan a la charla. Y la "guinda del pastel" es la cocinera que hace platos sencillos pero con ingredientes frescos y de la tierra en general (la excepción, un foie casero, hecho en Francia por ella que estaba de muerte!)
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