(la mala mejor ni recordarla)

domingo, 22 de junio de 2008

Coincidencias...











La vida está llena de maravillosas coincidencias... de hecho es posiblemente uno de los mejores elementos de la buena vida.

Ayer cenamos en "pandilla", gracias a la inestimable organización de Marian que reservó mesa con meses de antelación en un restaurante muy cuco detrás de Ópera (Algarabía, c/La Unión 8).

Cenamos fenomenal (cocina creativa y de calidad) y la verdad es que siempre es un placer reunirte con tus amigos para charlar tranquilamente (habían aparcado a los pequeños).

¿La coincidencia?... pues que cuando Marian hizo la reserva no tenía ni idea de que íbamos a legalizarnos esa misma semana y la cena se convirtió un poco en celebración nupcial, inesperada e improvisada, que son las mejores.

Helen no defraudó al respetable con su tradicional interpretación de Janice... gracias a un vendedor ambulante tuvimos unos regalos preciosos y al final brindamos con Cava, mucho Cava y a la salida del restaurante (casualidades de la vida, salimos los últimos) nos bombardearon con arroz!

Esto es la buena vida!

jueves, 12 de junio de 2008

La Casa Colorada


Un oasis de paz y tranquilidad... en la playa (no al borde, ni cerca, EN la playa) y sin vecinos, rodeados de un pequeño bosque de eucaliptos y palmeras.

La casa tiene además piscina y un porche con grandes sofás que invitan a la charla. Y la "guinda del pastel" es la cocinera que hace platos sencillos pero con ingredientes frescos y de la tierra en general (la excepción, un foie casero, hecho en Francia por ella que estaba de muerte!)

Restaurante "Las Rejas" en Las Pedroñeras


De camino a Murcia y por indicación de un gran "gourmet" nos paramos a comer en Las Pedroñeras. El pueblo, aparentemente, no tiene nada, de nada. Llegamos a la hora de comer y la verdad es que hay nadie por la calle. No es difícil encontrar el lugar, es dónde están los coches buenos del pueblo... con lo que cuesta el restaurante, no me extraña.

Lo que sí me sorprende es ver que está prácticamente lleno, un viernes a la hora de comer!

La verdad es que la carta es bastante sugerente y sorprende encontrarte con cocina de diseño en un pueblo en mitad de la nada. Es caro, muy caro, demasiado caro para mi gusto. Como vamos de paso, pedimos poca cosa (un par de platos para compartir) y la verdad es que están bastante bien (peor que el de Sergi Arola, para mi gusto).

Menuda semanita llevamos!

Cena de verdadero lujo...

En el nuevo restaurante que acaba de abrir Sergi Arola en Madrid. Se llama Gastro y está en la calle Zurbano. Muy bien decorado, con pocas mesas y un aparca al que te da gusto dejarle el coche (un señor de mediana educado y aseado).

No tienen una carta... te proponen diversos menús para que pruebes muchos platitos exquisitos. Elegimos el menú más completo (por una vez que vamos, que no se diga... además creo que con el precio que tiene nos costará volver!).

La verdad es que los platos están todos buenísimos y tienen una presentación espectacular. Nos atiende la mujer de Sergi que ejerce de anfitriona a la perfección, junto con unos camareros y un sumiller excelentes: el servicio es maravilloso.